Tú. Me matas. Me mata saber que lo bonito no son tus ojos sino como me miras, haces que no pueda pensar, ¿lo sabías? Es muy frustrante. Y es pues que sin buscarte te ando encontrando por todos los lados, principalmente cuando cierro los ojos. Te apoderas del estribillo y se repite en mi cabeza. Haces que cada frase que escribo no tuviera sentido, como si cada punto levantara una muralla. Como si al juntar la y con la o no formaran una palabra. Son todo letras aleatorias escritas por la parte de mi cerebro que no has conquistado.