"La pitonisa leyó la mano de la mujer lectora. En cada línea adivinó un capítulo de su vida: un comienzo feliz, un nudo en la garganta y un desenlace trágico. Desde ese día, la mujer lectora leyó entre líneas." (Esto y ESO). Raúl Vacas.

domingo, 14 de febrero de 2016

Infancia

Hoy vuelvo a reencontrarme con los recuerdos de mi niñez, recuerdos dormidos pero no olvidados en un rincón de mi memoria y quizá, conforme voy creciendo recuerdos que están cada día más presentes en mi vida.
Nostalgia por los años que dejé atrás, vacíos de preocupaciones y con un ansia de devorar la vida y todo lo que se ponía por delante. El cielo era azul, de un azul intenso y no flotaba sobre él ni una sola nube que empañara mi vida.
Recuerdos de esas tardes inagotables e interminables jugando y saltando, montando en bicicleta (no sin alguna herida y marca que todavía conservo), en el parque, sacándole y venciendo al tiempo, esas largas tardes de piscina en las que el cuerpo llegaba un momento que ya no resistía mas agua y tenia un aspecto arrugado como una pasa y tembloroso igual que una hoja azotada por el viento.
¡Amigos de la infancia!, toda una corta vida jugando juntos y que hoy todavía seguimos descubriendo unidos los caminos de la vida.
Y como no, especial recuerdo tiene para mí mis veranos en el pueblo, en casa de mis abuelos, en esa casa llena de vida que sigue hoy más viva que nunca a pesar de las pérdidas pero no de las ausencias. Sus calles llenas de gente que me hacían sentir importante y que me lo siguen haciendo, su aire, mis paseos mirando a las estrellas y tirando piedras al río, sus olores, mis amigos... y que cuando llegaba el momento de volver mi corazón se llenaba de dolor aunque sabía que pronto volvería.
¡Cómo echo de menos mi niñez!. El tiempo va cubriendo y alejando instantes y pensamientos de un tiempo que no volverá pero que para mí está vivo.

María Perisé

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